Inaguramos nuevo curso en Sapientec y Babysapien. Es tiempo de aportar las experiencias adquiridas durante el verano, las energías renovadas, los horizontes abiertos, las reflexiones realizadas durante la pausa de las horas muertas a las clases.
También es momento de renovar, de enriquecer, de contactar, de estrechar lazos y de crear sintonías. Todo el equipo regresamos con el entusiasmo de las primeras veces, con los deberes hechos después de haber aprendido de las experiencias anteriores, con el espíritu de siempre y la retina llena de imágenes inolvidables.
Todavía se queman en mi retina las clases en el Uzbequistán rural bajo un sol implacable donde un lápiz es un lujo inaccesible para la mayoría o la impronta de las orquestas de mutilados por las minas antipersona en Camboya que en los caminos hacen detener las conciencias o los arrabales de Delhi donde el monzón arrastra lo poco que la miseria deja. Es tan distinto el mundo occidental en que vivimos a todos aquellos que no hemos dejado encontrar su propia identidad. Es el momento de encontrar la medida de las palabras, el significado de los nombres y la trascendencia de cada tiempo para conteniendo estas vivencias dar respuesta a lo que la docencia exige.