sábado, 11 de julio de 2009

Fin de curso en Teleco


Entre acordes musicales y saltos del caballo de Euler sobre el tablero de ajedrez hemos acabado el curso. Sin lugar a dudas la matemática y la armonía son dos eslabones imprescindibles no solo para resolver cualquier enigma sino también para dilucidar cualquier planteamiento científico. Me gusta esta escuela porque enseña a pensar y se preocupa de que los alumnos amueblen su mente con la arquitectura de las notas musicales que proporciona razonamientos ajustados a problemas cotidianos y otros que no lo son tanto.

Tengo que decir que me he sentido como en casa dando clase y sé que mis alumnos se han sentido de la misma manera y por tanto han aprovechado más y mejor las enseñanzas. Todos han presentado trabajos provechosos, los han expuesto con acierto ante la dirección de la escuela y han formulado preguntas interesantes para acceder a posteriores investigaciones.

Les dejo reseña para que se hagan una idea de todo lo que pueden realizar estos chicos si con una formación de doce horas han conseguido diseñar e introducirse en los fundamentos de programción de los robots que han creado: Álvaro A. ha presentado un prototipo domótico que articula de manera inteligente todos los mecanismos que lo componen para que una vivienda se mantenga dentro de unos parámetros de seguridad adecuados; Diego M. ha trabajado en el diseño de un androide especializado en el transporte de objetos para que no tengan que cargar pesos las personas de edad avanzada; Roberto V. se ha introducido en el sector lúdico para hablarnos de un ingenio analista de ritmos y movimientos en el baile; Miguel M. ha ideado un mini helicóptero espía para el reconocimiento de terrenos; Gonzalo L. ha construido un robot militar para atacar objetivos estratégicos, David G. ha formulado los parámetros para construir un robot de limpieza reciclador de residuos en espacios públicos; Raúl G. también se ha decantado por el campo militar y se ha referido a un robot de reconocimiento de objetivos; Daniel G. ha ideado un robot sumergible para explorar las fosas abisales y reconocer especies animales aún sin clasificar; Víctor S. ha trabajado en un robot experto en la distribución de medicamentos para personas dependientes; Eva C. ha formulado las bases de un ingenio lúdico que analiza opciones y probabilidades en el juego de las cuatro en raya; Alexandre S. se ha dirigido al entorno de la jardinería y ha plasmado sus investigaciones en un robot capaz de analizar la altura y espesor de los setos con el propósito de cortar aquellos que han crecido en demasía; Christian V. se ha adentrado en las condiciones de vida del Polo Norte para conformar un prototipo de robot capaz de captar la información sobre las condiciones de vida de este emplazamiento, recoger muestras y propiciar los datos necesarios para conservar mejor este entorno; Miguel G. nos ha comentado las bases fundamentales para la construcción de un robot asistente en conducción que introducido en el vehículo mejore su maniobrabilidad y posibilite una localización de rutas más exacta; Miguel J. se ha esforzado en mostrar un robot asistencial que dentro del sector de la ergonomía trabaje como dispensador de objetos cotidianos; Álvaro Q. ha presentado uno de los proyectos con más calado científico con su robot cooperante que opera en el sector del medio ambiente y ayuda a su conservación recogiendo los residuos sólidos que se encuentran depositados en mares y océanos; Daniel S. ha trabajado sobre un robot limpiasuelos que facilita la realización de esta tarea doméstica; Sergio H. se ha decantado por el sector del transporte ideando un cuerpo móvil automático para el transporte humano; Andrés N. ha realizado un prototipo para trabajar en el sector de la geología como localizador de bolsas petrolíferas; Elena R. se ha adentrado en el sector servicios y ha recreado los mecanismos de un robot cajera de supermercado; Juan C. ha creado las bases de un robot patinador cuya función lúdica se centra en el sector infantil y nuestra experta alumna pianista Celia J. ha formulado las líneas de un robot mayordomo que nos facilita el desempeño de las tareas cotidianas.

viernes, 3 de julio de 2009

Yo, robot

El curso continúa en la escuela de telecomunicación y entre el diseño de la estructura mecánica del robot que cada alumno va realizando, entre sensores donde hay que decantarse por células fotoeléctricas y elementos terminales que permitan al robot relacionarse de manera correcta con el entorno los alumnos van de la mano de las consideraciones de Isaac Asimov siendo conscientes de que la ciencia tiene que estar al servicio del ser humano.
Si perdemos la perspectiva y nos desorientamos en la búsqueda de horizontes no cabe duda que nuestra ruta no es la más adecuada para llegar a la meta que nos hemos propuesto. Por eso la ciencia tiene que estar al servicio del hombre, tiene que supeditarse a los intereses que son propios de la raza humana y su objetivo no puede ser otro que el bienestar de todas las personas que la componen.
En cada uno de los prototipos que se están realizando prima un interés social que es ineludible y en cada uno un deseo de lograr mejores condiciones de vida en nuestro mundo, condiciones que no se pueden postergar y que representar el eslabón inicial de una comprensión de la ciencia que realmente nos reporte beneficios.
Quiero dar expresamente las gracias al profesor Francisco Javier Jiménez Leube por la dedicación que nos muestra en todas las actividades que nos encontramos realizando y por la propuesta de visitas enriquecedoras a diversos entronos de la escuela donde los alumnos están extrayendo provechosas ideas para conformar con mayor criterio iniciativas de más amplio espectro.