Hay personas que imparten cátedra desde que se sientan, otras estructuran guiones sobre ideas trabajadas, algunas se ajustan al aprendizate de datos. Pero cuando doy conferencias para mí el resorte es la mirada del público.
La inquietud del público, su interés, su capacidad de hacer pensar, las posbilidades del diálogo de intenciones, la danza de los interrogantes, la ruleta de las posibilidades, hasta el espacio y el ambiente determinan un tono y catalizan un timbre en la voz.
Fue muy grato para mí comprobar la repercusión que tuvo la convocatoria de la conferencia y que dentro de los asistentes se vislumbraran las inquietudes de padres y profesionales de la educación deseosos de un cambio que posibilite acabar con el fracaso escolar, causa relevante del mal funcionamiento cerebral, de la incapacidad decisoria, de las enfermedades mentales, de los desequilibrios emocionales, de la salud integral y de la calidad de vida, por un lado y por otro, la actitud positiva y dialogante de los representantes de las enridades públicas competentes interesados en conciliar voluntades, en aunar esfuerzos, en trabajar juntos en la búsqueda de soluciones.
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