miércoles, 20 de noviembre de 2013


ENSEÑANDO DESDE LA LIBERTAD PARA DECIDIR.


Ayer fue un día muy productivo con nuestros alumnos de Primero de Primaria en el Instituto Tecnológico de Málaga, estamos acabando las relaciones lógicas dentro del pensamiento científico y pronto comenzaremos con el pensamiento matemático. Les daré el mismo programa que impartí en la facultad de Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid a un grupo de niños en el año 2009 cuando enseñábamos después de haber firmado un convenio con dicha entidad.

Aprender a pensar significa aprender a decidir. Saber relacionar un árbol con la madera que produce o con los frutos que da es tan importante como conferir contenido al concepto árbol y aprender a leerlo y escribirlo de manera correcta.

Me preguntaba una madre de estos niños sobre lo que hacemos en clase y aunque ya en el año 2003 publiqué una Trilogía con Ediciones del Laberinto donde incluí una Guía para padres sobre este tema. le respondí que en Sapientec los niños aprenden a pensar; es decir a incorporar a su propia experiencia conceptos, a entender de qué están formados y para qué sirven.

Utilizamos el dibujo como fórmula para plasmar conceptos, también la expresión oral y pronto comenzaremos con el debate y la argumentación. Después aprenderán a relacionar números con cantidades y a trabajar con medidas y proporciones.

Es un gran regalo observar la cara de cada niño cuando nos dice “¡espera, que ya lo tengo!” o cuando se pelean por responder todos a una misma pregunta o ver los dibujos que hacen y cómo van mejorando su forma de relacionar ideas y aumentando su capacidad de discurso y raciocinio.

Por cierto, me preguntaba otra madre, desconocedora de lo que hacemos, si Sapientec no es peligroso o nocivo. Que me respondan: ¿qué peligro tiene enseñar a un niño a pensar, a elegir, a conocer el significado de las cosas, a tomar sus propias decisiones....? Sí, pensándolo bien tiene un gran peligro y un precio: la libertad, que es el pasaporte hacia la felicidad.

viernes, 8 de noviembre de 2013

LA CIENCIA TRADICIONAL RECONOCE EL PODER DE LOS SONIDOS. BABYSAPIEN YA LO SABÍA.

En nuestro método Babysapien utilizamos un programa de estímulos (música-imágenes-olores-texturas) que se aplica a fetos a través de la madre desde la semana 20 de gestación.
Sabemos y nuestros resultados lo demuestran, del enorme poder que determinadas combinatorias de estímulos científicamente organizados producen en los seres humanos: salud física y psíquica, cognitiva y afectiva. 
Por tanto no es de extrañar que la ciencia tradicional empiece a llegar a conclusiones como la de esta noticia aparecida hoy en el periódico El Mundo:

http://www.elmundo.es/salud/2013/11/07/527bc1616843412f188b4574.html?a=d4f1963deb1c96ba09a7d533aa08aa24&t=1383858383

REPRODUCCIÓN ASISTIDA En el Institut Marquès de Barcelona

Los bebés 'nacidos' de la música


  • Laura y Marta forman parte de los primeros bebés nacidos con un novedoso programa

  • Un centro de reproducción asistida aplica música en las incubadoras de óvulos

  • Las vibraciones de la música logran mejorar la tasa de fecundación un 5%


Los primeros bebés 'nacidos' de la música

Laura y Marta ya tienen la banda sonora de su vida. Ellas son dos de los primeros bebés en el mundo en los que la música ha tenido un papel importante en su fecundación. El centro al que acudieron sus padres para utilizar una técnica de reproducción asistida incorporó un programa novedoso para mejorar la tasa de fecundación y ahora presentan los datos obtenidos en estos meses.
El pasado mes de julio, el Institut Marquès de Barcelona presentó los resultados de este programa pionero de I+D+i en el congreso de la Sociedad Europea de Reproducción, celebrado en Londres. Se trata de aplicar las micro vibraciones musicales en las incubadoras de embriones en las que permanecen los óvulos antes de ser fecundados.
"El estudio que presentamos en el congreso lo hicimos con 114 parejas [de España y otros 16 países], pero ahora lo estamos aplicando en todos los casos. Ya hay cientos de mujeres embarazadas en los que se ha utilizado la música", señala la doctora Marisa López-Teijón, jefa de Reproducción Asistida del Institut Marquès y principal autora del estudio que en breve será publicado en una revista científica.
Al aplicar la música a los ovocitos, los investigadores han comprobado que mejora la tasa de fecundación un 5%. "Es un cifra muy importante. Algunos investigadores señalan que su mecanismo estriba en los cambios que genera en el ARN mensajero, otros apuntan a modificaciones en los niveles de calcio intracelular o en alteraciones en la regulación de los factores de crecimiento. Sin embargo, nuestra teoría es que la vibraciones que genera la música simula el movimiento que tiene el óvulo en el cuerpo de la mujer y ese movimiento genera un reparto más homogéneo de los nutrientes que necesita y además evita que se acumulen los productos tóxicos", explica López-Teijón.
Aunque este primer estudio se ha centrado en el efecto de la música sobre los óvulos, esta especialista adelanta que ya están en marcha otros dos en los que se valorará por un lado el efecto de las vibraciones musicales en la evolución de los embriones y, en una fase posterior, si la tasa de embarazos aumenta si la mujer escucha música.
"No toda la energía sonora genera los mismos efectos en los organismos vivos. Diferentes frecuencias de onda o de organización armónica del sonido puede ejercer distintos resultados, es decir, que no es lo mismo la música que el sonido", señala López-Teijón.
En cuanto al tipo de música que se les pone a los ovocitos y embriones, Carolina Castelló, embrióloga directora de los laboratorios FIV del Institut Marquès, enumera que "son de tres clases: música clásica, heavy metal y pop". A través de un iPod, colocado en las incubadoras, se emite la música a una intensidad diferente en función del tipo: la clásica a 67 decibelios, la pop a 80 y la heavy a 84. "No hemos visto diferencias en función de si se emplea una música u otra", aclara Castelló, quien explica que cada mes cambia el estilo de música que se escucha en las incubadoras.
En España existen 180 entidades particulares que ofrecen tratamientos de reproducción asistida y 37 unidades en la sanidad pública. De momento, parece que este programa sólo se encuentra en el Institut Marquès. "Me han llamado de muchos centros para preguntarme cómo lo utilizamos. Creo que ningún otro país ha probado todavía el uso de la música en las incubadoras".
"En nuestro centro, todos los biólogos están muy involucrados, incluso votan por sus preferencias musicales", indica esta especialista. De esta manera, los cientos y cientos de óvulos y embriones que en estos meses se han generado en el Institut Marqués han podido 'crecer' con las voces de Madonna, Serrat, Enrique Iglesias o Barry White que, según comenta esta experta, es uno de los favoritos de los más de 100 especialistas de este centro.
Lo que es más difícil de saber es qué cantante o sonata generó las vibraciones adecuadas para que Laura y Marta llegaran a buen fin. Tal vez, en unos años, sus gustos musicales nos den alguna pista. Su madre, Lorena, no supo hasta que se publicaron los datos del estudio que sus óvulos habían sido cultivados con música. "Nos lo dijeron cuando las niñas ya habían nacido. Nos hizo mucha gracia saber que la música favoreció su fecundación porque ya habíamos comentado lo mucho que le gustaba la música a Marta desde que nació, y Laura deja de jugar para escuchar mejor cuando suena una canción que le gusta", afirma.
En cuanto al resto de su salud, a lo largo de estos 15 meses de vida no han tenido ninguna enfermedad reseñable. "Ha ido todo muy bien. Ha sido un año de cambios. Es una experiencia nueva, extenuante pero muy ilusionante, al mismo tiempo", afirma Lorena.