Si se confirma el contenido que aventura la hipótesis de esta investigación podríamos avanzar en la línea de descubrir cómo es posible encontrar vías de comunicación con personas que sufren trastornos generales del desarrollo que las desconectan de la realidad exterior o les impiden aprender o limitan su capacidad de transmitir y recibir pensamientos, ideas y emociones.
También estaríamos encontrando un puente de sólido trazado entre las áreas cerebrales destinadas al lenguaje y a la interpretación de sensaciones y símbolos con las que presentan una mayor relevancia en las áreas espaciales y de control del movimiento. Y lo que resulta más importante podríamos encontrar la fórmula de la consciencia de la vida y descifrar el algoritmo que se apaga en la muerte.
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