Numerosos estudios concluyen que las diferentes regiones cerebrales se desarrollan a medida que este órgano madura, pero las que más se expanden son aquellas en las que tienen lugar las funciones mentales más elevadas, como el lenguaje o el pensamiento. Otras funciones, sin embargo, no serán necesarias hasta que el niño vaya madurando.
Científicamente esto tiene otra lectura: el ser humano nace con un número de neuronas finito y durante los primeros años de vida es cuando estas neuronas se organizan y comienzan a establecer conexiones entre ellas –sinapsis- y se desarrollan estableciendo conexiones unas con otras.
En este sentido, la directora de Sapientec, Marta Eugenia Rodríguez de la Torre , destaca la importancia de “la estimulación polisensorial a través de vista, oído, olfato y tacto para conseguir que el cerebro del bebé alcance todo su potencial”. Los bebés pueden desarrollar de esta manera todo su potencial, crear prerrecuerdos, adquirir una madurez que les permita un desarrollo armónico físico y mental y conseguir una mayor calidad de vida.
Como muestra de ello sabemos que al nacer, la visión es vital porque el bebé la necesita para mamar y reconocer a su madre, así como también poseen una cierta capacidad numérica -bebés de sólo un mes son capaces de distinguir un grupo de cuatro sonidos de otro de 12-. Es decir, tienen unas capacidades innatas que pueden potenciar.
Entre los cuatro y cinco años el cerebro alcanzará casi el 80% de su tamaño adulto. Igualmente, cada etapa de la vida presentará una configuración cerebral distinta y adecuada a las diferentes necesidades. Distintas edades implican diversas formas de aprender. Por ello, las ventanas de oportunidad en niños son un incentivo pero también la memoria experiencial en personas adultas.
Para ello, en Babysapien se trabajan métodos centrados en el desarrollo cerebral armónico en bebés y en Sapientec se adaptan estos método a niños y adultos.
Rodríguez de la Torre expone la necesidad de que la neurociencia avance hasta establecer la estructura cerebral de las personas que sufren diferentes discapacidades, tanto físicas como mentales y sensoriales, con el propósito de evidenciar la configuración cerebral de estas personas. Además, plantea como punto de partida la causa que las produce y, posteriormente, modificar por ello su acceso al conocimiento.
El objetivo de la estimulación cognitiva, tanto en bebés como en niños, adolescente y adultos, no sólo es enseñar si no también capacitar, desarrollar conexiones sinápticas entre áreas cerebrales para conseguir que las personas capten, asimilen y comuniquen información sin dificultad.