jueves, 23 de mayo de 2013

Cómo afrontar la crisis con el cerebro

Vivimos tiempos oscuros en los que nos preguntamos cómo salir adelante, cómo mantener el nivel de vida alcanzado y, sobre todo, qué pasará en el futuro, tanto a medio como a largo plazo. 

La palabra crisis proviene del griego y guarda una relación directa con el verbo krinein que significa separar, romper, establecer nuevas reglas, contemplar distintos supuestos que impliquen una decisión.

En este proceso es preciso abordar distintos escalones que nos permitan vislumbrar la luz al final del túnel: 

a) La crisis es consecuencia de un cambio.
b) Los cambios implican nuevas formas de hacer y, por tanto, de ser.
c) En esta dinámica es preciso: analizar la realidad de manera objetiva, aplicar un sentido crítico constructivo, formar un criterio mediante un razonamiento y plantear una alternativa.
d) La crisis económica guarda una relación directa con la crisis del conocimiento y la crisis de los valores.
e) Lo que les sucede a los demás nos afecta, porque todos estamos implicados.
f) Es necesario adecuar el tiempo a las necesidades y las necesidades a las personas.
g) La reflexión implica acción, no inercia, sino dirección y, para eso, es preciso una formación en liderazgo y una información no banal que construya pensamiento.

Por tanto, de la crisis no nos van a sacar los políticos, ni los que dirigen la economía, ni los estudios de los mercados;  ni siquiera los que crean empleo, sino nosotros mismos mediante la construcción de un pensamiento que implique fórmulas para mejorar las condiciones de vida, para crear sinergias de grupo efectivas, para explotar las habilidades con las que contamos, para encontrar oportunidades y presentar alternativas, para adaptarnos a los nuevos tiempos y conseguir producir riqueza en términos filosóficos y económicos.

Las estrategias a adoptar para salir de la crisis desde el punto de vista mental deben ser:

a)    Formación que desarrolle capacidades, que genere habilidades, que ampare la diversidad y la polivalencia, la especialidad y la divergencia.
b)  Redes sociales reales. Vivimos en mundos virtuales paralelos sin conocer al vecino, sin plantearnos fórmulas de acción conjuntas.
c)    Bancos de tiempo, bancos de ideas, bancos de cooperación. Intercambios de formas de hacer que impliquen la formación de núcleos de negocio.
d)    Escuelas de pensamiento, en las que se analicen nuevas formas de ser y de hacer; que posibiliten la búsqueda y la reflexión, que permitan conocer lo que nos pasa y lo que nos ha sucedido para afrontar los nuevos tiempos.
e)     Medios de comunicación comprometidos en hallar soluciones y no sólo en el planteamiento de problemas, en los que exista espacio para propiciar el conocimiento e incentivar el saber en los jóvenes.
f)  Búsqueda, construcción o creación y distribución de bienes y servicios que satisfagan las necesidades que nacen de la crisis: duraderos, multifuncionales, reciclables, articulados en fases o módulos, intercambiables y complementarios.
g)   Conciencia ética que implique no aprovecharse de los demás y  que la sociedad no tolere las prácticas que inciden en la distribución de pobreza, sino en generación de riqueza.

Taller práctico

Construye tu manual anticrisis. Escribe cinco ideas sobre cómo ha cambiado la crisis tu estilo de vida. Jerarquízalas por orden de importancia. A continuación apunta otras cinco ideas que te permitan cambiar la situación inicial. Piensa en los recursos con los que cuentas: formación, habilidades, aficiones, disposición de tiempo y de recursos, contactos familiares y sociales, posibilidad de cambiar condiciones de vida.   Implícate en un plan de actuación que cuente con las siguientes iniciativas: a) Aumentar los conocimientos, especializarte en algunos necesarios para los nuevos nichos de empleo; b) Incrementar destrezas; c) Potenciar la curiosidad, la creatividad y  la capacidad de improvisar; d) Aumentar el contacto con otras personas: parientes, comunidad de vecinos, asociaciones, colegios profesionales, agrupaciones…. Establece un tiempo para actuar y  ponte en marcha. Y anima a las personas que se encuentran a tu alrededor para que adopten similares iniciativas porque multiplicar esfuerzos siempre produce mejores resultados.

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