viernes, 12 de abril de 2013

De las apps para niños autistas y de la necesidad de solventar dificultades (2)


(...continuación)

Un niño con TEA es objetivamente un niño con un trastorno neurobiológico del desarrollo que le impide en diferentes grados una comunicación efectiva. Por tanto lo que precisa son elementos, estrategias, dinámicas, actividades, juegos que inciten, desarrollen, propicien estrategias de comunicación y no aquellos que desarrollen su capacidad espacial, que por cierto ya la tiene bastante desarrollada. Estas iniciativas no siempre producirán los resultados esperados o serán lentas o tal vez impliquen una inversión de tiempo costosas pero son necesarias.
En la redacción de este texto viene a mi memoria una leyenda paquistaní del siglo XVIII, no es políticamente correcta y es bastante agria pero hace pensar: un campesino llevó a su hijo al dispensario con una pierna fracturada. Habían recorrido un largo camino y los dos estaban cansados, hambrientos y desconcertados. El médico le dijo: la pierna está bastante mal pero con cuidados, medicinas, cambiando los vendajes cada cierto tiempo y descanso es posible que mejore y entonces tendrá que hacer ejercicios para que pueda moverla. El campesino dijo; pero no hay nada que solucione rápidamente este mal o algo que nos garantice que después de un tiempo se acabarán sus padecimientos. El médico respondió: no lo hay, la pierna está muy afectada. El campesino insistió en buscar algo que aliviara su dolor y acabara lo antes posible con el de su hijo. Entonces el médico le dijo: Sólo hay una solución cortarle la pierna así no tendrá que enfrentarse a su recuperación pero yo no lo pienso hacer.

Por tanto estoy a favor de apps de entretenimiento divertidas para tiempos lúdicos o que faciliten necesidades inmediatas en determinadas discapacidades o trastornos neurobiológicos pero en contra de que estas se usen como fórmula universal de aprendizaje para estos niños. No olvidemos que el uso de pantallas estás desaconsejado antes de los tres años por la Asociación Norteamericana de Pediatría y después significativamente mediatizado hasta los ocho años.

El desarrollo del lenguaje, de la comunicación y de las sinergias sociales son indispensables en niños con TEA y para ello la utilización de dispositivos tecnológicos tiene que encontrarse supeditada a la adquisición gradual de estas destrezas y no interferir de manera negativa en su adquisición y desarrollo.

Cada trastorno o discapacidad o diferencia en el aprendizaje tiene que estar acompañado de un protocolo de intervención donde se potencie lo que el niño necesita para romper la barrera de la incertidumbre, desarrollar un aprendizaje consolidado, avanzar en la producción de un pensamiento autónomo. Que un niño aprenda a sumar tiene una importancia relativa que un niño conozca la razón de una suma y decida o no aplicarla en un caso específico tiene una importancia absoluta.

No podemos regalar piernas ortopédicas a personas que tienen las suyas propias y que sólo necesitan aprender a usarlas. 

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