He pasado un fin de semana en París recargando pilas y adquiriendo materiales para mis clases. Menos mal que funciona estupendamente el tren Francisco de Goya porque con la gran cantidad de libros y revistas que traigo no hay otra forma de volver. Siempre me impresiona la didáctica del Museo de la Ciencia que se encuentra en la Villete: su forma tan sencilla de explicar los más complejos problemas matemáticos, su laboratorio de lenguajes, las maquetas de las energías renovables, los experimentos de fuerzas , el espectacular muestrario de todos los avances genéticos... Nunca hay tiempo suficiente para recopilar tantas informaciones, percepciones y sensaciones. Ni siquiera para detenerse en todas las experiencias que, por cierto, se explican entre otros idiomas en castellano.
Estoy pensando formas y maneras para encauzar este torrente de datos con el fin de elaborar fórmulas educativas que más allá de los cursos que tenemos pautados acerquen a los alumnos a esta manera de experimentación de la realidad tan enriquecedora y que les permitan desarrollar su potencial con sólidas bases científicas y tecnológicas.
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