viernes, 16 de mayo de 2008

De lo absoluto y de lo relativo

En ciencia como les explico a mis alumnos tiene que haber sólidos y pocos principios inmutables sobre los que construir los límites de la realidad de la misma manera que existen en la ética y la moral para construir el código de valores que rigen las conductas respecto de uno mismo y en los grupos a los que pertenecemos. Estos fundamentos tienen que estar definidos con un lenguaje exacto, preciso, congruente con su peso; ser conocidos puesto que confieren a la imaginación y curiosidad dentro de la capacidad creativa el ámbito que deben ocupar como ventanas abiertas a los interrogantes que plantean nuevas hipótesis y sobre todo ser tomados en consideración como lo que son, piedras angulares del saber.
Pero la ciencia es, por esencia, paradigmática e implica cambio, evolución, herencia y generación de nuevos conocimientos, encrucijada donde es preciso depurar errores, acumular tiempos de silencio y observación y otros en los que parece que nada va a cambiar quizá porque entonces se encuentran en gestación las transformaciones más profundas que inciden en los tiempos futuros de las civilizaciones.

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